Musicoterapia. Cristina Oroz Bajo, pedagoga, musicoterapeuta y técnico ABA en Barcelona.

 

La musicoterapia es el manejo de la música y sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) realizada por un musicoterapeuta calificado, con un paciente individual o un grupo. Es un proceso creado para facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.

“El musicoterapeuta es un profesional con unos conocimientos y una identidad tanto en el ámbito musical como en el terapéutico, y que integra todas sus competencias desde la disciplina de la Musicoterapia, para establecer una relación de ayuda socio-afectiva mediante actividades musicales en un encuadre adecuado, con el fin de promover o restablecer la salud de las personas con las que trabaja, satisfaciendo sus necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas y promoviendo cambios significativos en ellos”. (de K. Bruscia, 1997, Definiendo Musicoterapia, Amarú Ediciones Salamanca).

 

MUSICOTERAPIA Y DESARROLLO EVOLUTIVO DE LOS NIÑOS

La música en el desarrollo evolutivo del niño contribuye a:

  • Desarrollar la coordinación motriz con movimiento de asociación y disociación, equilibrio, marcha, etc.
  • Desarrollar la discriminación auditiva aprendiendo sonidos y ruidos, recordándolos, reproduciéndolos. Adquirir destrezas y medios de expresión corporales, instrumentales, gráficos, melódicos.
  • Desarrollar la locución y la expresión oral mediante la articulación, vocalización, control de la voz, el canto.
  • Controlar la respiración y las partes del cuerpo que intervienen en la fonación y el canto.
  • Dotar de vivencias musicales enriquecedoras desde el punto de vista psicológico y físico.

 

MUSICOTERAPIA Y POSIBILIDADES AFECTIVAS, EMOCIONALES, DE PERSONALIDAD Y COGNITIVAS

Posibilidades afectivas, emocionales, de personalidad y cognitivas: La música contribuye a:

  • Reforzar la autoestima y la personalidad mediante la autorrealización.
  • Elaborar pautas de conducta que faciliten la integración social.
  • Liberar la energía reprimida y conseguir el equilibrio personal a través del ritmo.
  • Sensibilizar afectiva y emocionalmente a través de los valores estéticos de la música.
  • Desarrollar capacidades del intelecto como la imaginación, la memoria, la atención, la comprensión, de conceptos, la concentración o la agilidad mental.